Si alguna vez te has ido a dormir sintiéndote culpable porque hoy tampoco has subido nada a las redes sociales de tu empresa, sigue leyendo. Y si no lo has subido porque pensar en sacar una foto o buscar dónde están las fotos (que os hizo tu sobrino) te da escalofríos, entonces, lee con mucha atención.
El problema
Muchas empresas dejan de subir contenido a sus redes sociales porque no saben ‘qué foto subir’. Tampoco tienen tiempo (lógico, tienen otro millón de cosas que hacer) ni presupuesto para contratar a alguien a tiempo completo. Todo esto resulta abrumador, se percibe como una misión imposible y se relega al cajón del ‘me tengo que poner con eso algún día’.
El error
Dejar de aprovechar la presencia en redes sociales por pereza o por lo difícil/caro que creemos que es mantenerlas es decir adiós a una oportunidad de extender el buen hacer de tu producto o servicio a un medio repleto de oportunidades. Imagina un escaparate de una tienda a pie de calle: ¿de qué sirve vender las mejores piezas dentro de la tienda si en el escaparate se ven bolas de polvo, maniquíes medio rotos y bombillas fundidas? Sí, los clientes que tenías y están contentos seguirán contigo, pero, ¿y todos aquellos que podían haberse enamorado de tu escaparate y haber entrado a conocer tus productos?
El carrito de un posible cliente cuando ve tus redes sociales
La solución: Minimum Visual Viable Content (MVVC)
No seré yo quién te diga que crear contenido, distribuirlo y monitorizarlo es sencillo. De hecho, bien hecho, hablamos de puestos de trabajo diferentes y departamentos dedicados en exclusiva a generar contenido. Pero esto no es viable. No es viable en una pequeña empresa sin apenas presupuesto para la comunicación. Pero tampoco es imposible. La solución: el Minimum Visual Viable Content (MVC) o en castellano Mínimo Contenido Visual Viable.
Es decir, la cantidad mínima de contenido visual que necesitas tener para mantenerte X (inserte número) meses. Este contenido se contrata a un profesional y se genera en un tiempo limitado (puede ser en una mañana, una semana o un mes). Permite publicar en redes sociales y mantener las comunicaciones digitales activas durante varios meses sin quebraderos de cabeza en cuanto al elemento visual (fotografías, vídeos, GIFs, plantillas para Stories, etc).
El MVVC podemos dividirlo en dos tipos:
Propio — visuales sobre tu servicio/producto, sobre la experiencia del cliente con tu producto, sobre el equipo, sobre elementos generales del sector. El contenido es tuyo y te permite comunicar de manera directa tu marca, tus servicios y tu ecosistema.
Filtrado — visuales externos de uso libre que se alineen con tu empresa y con tu contenido propio. Se crea una carpeta donde se guardan fotografías y vídeos afines y que te amplían la base de contenido considerablemente. Este tipo de contenido es muy útil para posts en el blog, para intercalar entre publicaciones propias, etc.
De este modo generamos un banco de contenido que, aunque repitamos a lo largo de los meses, no resulta repetitivo y nos permite no sólo publicar, sino comunicar con nuestras publicaciones. Nos aporta una coherencia visual que, a simple vista, al usuario le transmite confianza y a la empresa le ahorra tiempo, dinero y le permite mantener una comunicación mínima en el medio digital.
DISCLAIMER
Recordemos que hablamos de mínimos, por lo que si queremos publicar dos veces al día cada día de la semana, lo más probable es que se necesiten más recursos (de producción y estratégicos).
El contenido debería utilizarse de manera estratégica. Si no puedes costearte alguien que te ayude con tu estrategia digital, piensa cómo vas a dosificar el contenido (cuántos días a la semana, para qué, para quién…). De nada sirve que tengas el mejor contenido visual si después lo despilfarras.
Piensa antes de crear el contenido. No esperes que vaya el fotógrafo y sepa qué es lo que quieres. De nuevo, si no tienes soporte estratégico tendrás que definir muy bien tus necesidades. Algunos temas que suelen aplicar a cualquier empresa son: fotografía de producto/servicio, fotografías de uso/contexto, fotografías del equipo, plantillas para las comunicaciones, etc.
Aplica una gestión de mínimos. Recuerda que aunque tengas el contenido visual, la idea es que lo dosifiques. De nada sirve publicar 30 fotos el día que recibes el contenido y abandonarlo el resto del año. Si apenas tienes tiempo, fija uno o dos temas (ej.: descripción de servicios y promociones) y publica sobre eso. Más vale poco y consistente, que mucho y arbitrario.
Y de momento, lo dejamos aquí. Esperamos que si eres del grupo que tiene las redes sociales de la empresa desérticas porque ‘el tema de las fotos’ te da pereza, te hayas quedado con que realmente no tiene por qué ser tan abrumador crear tu propio banco de visuales.
Tu cara en la sesión de fotos. Es broma, normalmente las sesiones de fotos son lo más. Música, comida y baile para relajar el ambiente.